LA RECUPERACIÓN ES POSIBLE

Con un tratamiento adecuado, el proceso degenerativo y destructivo que sufren los pacientes y sus familiares durante la adicción se puede parar

ENTENDIENDO LA ADICCIÓN

La adicción es el resultado del intento de una persona de autogestionar sus sentimientos o vivencias personales mediante el uso de sustancias y/o comportamientos compulsivos. Generalmente, la adicción surge de una necesidad inmediata de sentir algo diferente a lo que normalmente se experimenta. Las personas que consumen drogas o desarrollan conductas compulsivas lo hacen para relajarse, evadirse o estimularse, entre otros motivos. Inicialmente, estas acciones son muy efectivas para modificar el estado de ánimo, la percepción y las experiencias, lo que impulsa a las personas a repetir la experiencia.

 

Una señal clara de la adicción es cuando el consumo de drogas o las conductas compulsivas se convierten en actos repetitivos. Aunque al comienzo la persona puede sentir que tiene el control sobre las sustancias que consume o sus comportamientos, a medida que la relación se intensifica, el comportamiento se perpetúa y la adicción toma el control. A medida que ésta gana fuerza, las funciones del cerebro se adaptan, lo cual explica en parte por qué resulta tan complicado dejar de consumir.

A medida que la adicción se apodera del cuerpo, la mente y el alma, las dañinas consecuencias hacia uno mismo y hacia los demás, como los propios familiares, se multiplican e intensifican. A pesar de ello, las personas tienen enormes dificultades para enfrentarse a la adicción y detenerla. Aunque todavía puedan tener la capacidad para ello, muchas veces no son capaces de tomar una decisión y mantenerla.

No obstante, la recuperación es siempre posible. Es crucial animar a los adictos a reconocer que hay ayuda disponible para ellos y ayudarlos a acceder a esa ayuda

ETAPAS DE LA ADICCIÓN

El proceso más habitual de desarrollo de la adicción pasa por cuatro fases consecutivas:

Experimentación → Uso → Abuso → Dependencia

Así, la persona empieza a usar drogas o comportamientos como medio para evadirse o
“estar bien”. Progresivamente, va necesitando la misma rutina o droga para “estar normal”
hasta que su abuso llega a permitirle “estar normal” cada vez menos tiempo.

La adicción es, además, una enfermedad que afecta a la persona en varios aspectos a la vez:

 

● Física: Reacción en forma de compulsión que produce el contacto con la sustancia.

● Mental: Obsesión con la sustancia y distorsión de la percepción de la realidad.

● Emocional: Dificultad para sentir moderadamente y regular las emociones.
Hipersensibilidad o bloqueo.

● Espiritual: Desconexión de uno mismo de otros y de lo trascendente. Se define, según estudios recientes, como una discapacidad de contacto y conexión, con uno mismo y con los demás.

El adicto y su entorno familiar pueden iniciar su proceso de recuperación para facilitar al adicto dejar de consumir, poder vivir sin sus drogas de elección (sustancias y/o comportamientos) y mejorar la calidad de vida de los afectados.

La enfermedad de la adicción puede tener lugar junto a un trastorno psiquiátrico. Este tipo de patología dual necesita de un tratamiento personalizado.

TIPOS DE ADICCIÓN

Hay adicciones a sustancias y a comportamientos. Todas las adicciones comparten la misma
evolución y una serie de síntomas.

La adicción más frecuente es la relacionada con el abuso de sustancias, pero las consecuencias
pueden ser parecidas a cuando se abusa del uso de internet, el sexo y el amor, la comida, el ejercicio
físico, el juego o las compras. Es decir, cualquier comportamiento compulsivo que descontrole la vida
del afectado.

La realidad es que no existen distintos tipos de adicción como tal; sí que existen distintas maneras en
las que ésta se manifiesta. Mientras que una persona puede ser adicta al alcohol, otra ser adicta a
drogas de uso legal o ilegal, y otra adicta al juego o a otro tipo de comportamiento. La dinámica es
siempre la misma: una relación de consumo o de comportamiento que altera el estado de ánimo.
También es sabido que aquellos que dejan una adicción a una sustancia o comportamiento están en
riesgo de desarrollar otra adicción alternativa.

El abuso de distintas sustancias y comportamientos se pueden dar a la vez. Una misma persona
puede tener problemas con el juego, el alcohol y la pornografía. También se puede desarrollar una
adicción a medicamentos recetados por un médico.

A pesar de que muchas de las consecuencias perjudiciales son comunes a todo tipo de adicción,
algunos daños son específicos del consumo de un tipo de sustancia o de comportamiento. Por
ejemplo, los efectos mentales y físicos de la adicción al alcohol son distintos a los de la heroína, la
cocaína o el juego.

Las adicciones pueden provocar daños en la salud mental o ser causados por problemas mentales.
Estos problemas pueden remitir con la recuperación. Pero esto no siempre es así, es lo que se llama
patología dual. Por eso aplicamos un plan de tratamiento personalizado a cada caso.

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